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Alef 1: Exploración sensible de la luz, el movimiento y la creación.

La primera letra del abecedario árabe, conocida como “Álef", se representa con una simple línea vertical. Esta línea simboliza la singularidad del creador y la unidad intrínseca de todas las cosas. Como una ventana única, el “Álef" nos ofrece una visión hacia la divinidad misma. Esta fuerza creadora cobra vida gracias a la luz, que actúa como el origen de nuestra sensibilidad visual. Sin la luz, el universo se sumergiría en un oscuro vacío, privado de forma y significado. Es el movimiento el que desencadena un resurgimiento, comparable al renacimiento diario del sol al inicio de cada día.

En el contexto de esta reflexión, surge una obra que destaca por su enfoque innovador en el uso de la luz. En este caso, el artilugio central, expande su presencia a todos los rincones de la sala. Funcionando como el monolito de Kubrick en Odisea en el espacio, llevando nuestra sensibilidad hacia nuevas dimensiones. Esta nueva proyección logra envolver su entorno en una atmósfera de misticismo e intimidad, produciendo un impacto sorprendente que desafía nuestra percepción misma del espacio. La instalación, compuesta por objetos aparentemente simples, logra generar un efecto sofisticado y profundamente contemplativo. Líneas largas de espejos suspendidos trabajan en conjunto para proyectar sutiles imágenes en nuestro entorno, una iniciativa artística que se dedica a explorar los efectos ópticos qué emergen de la interacción de la luz, el movimiento y los planos. El resultado es una nueva arquitectura interior, concebida para ser percibida por una sensibilidad equilinbrada y reveladora.Cuando la intensidad de la luz se reduce, un proceso fascinante se desencadena. Las pupilas se dilatan y la sensación resultante se libera en los ojos, parecida a la experiencia táctil. Este fenómeno brinda una visión que va más allá de las palabras, similar al pensamiento no verbal que surge al contemplar las estrellas en el vasto e infinito espacio. La luz, que se propaga en línea recta, rebota y proyecta su esencia móvil, formando una triple alianza creativa que da vida a nuevas manifestaciones.La obra de Genta nos transporta a través de sus intrincados juegos colgantes, llevándonos hacia una experiencia donde la luz se transforma en materia sensible. Esta materia flota y conmueve, y en su movimiento, nos conecta con la esencia más profunda de la existencia.

Gerardo Podhajny